Acordate cuando los “agropiqueteros” iban por la cabeza de Cristina.

El 2008 muestra claramente las presunciones, las prevenciones y la visión de Néstor que, entendió que, yéndose él del gobierno, dejando de ser Presidente, poco la ayudaba a Cristina como “Jubilado de Estado”, si no tenía una herramienta a mano; se dio a la tarea de organizar centralizadamente el PJ, en términos nacionales y territoriales y, en ese sentido, lanzada la huelga insurrreccional de los sojeros en 2008, K ya tenía la dirección del PJ, logrando dificultosamente contrabalancear la alianza sojera/mediática, constituyendo políticamente lo que se llamó el “doble comando”, ya que, mientras Cristina gobernaba institucionalmente y garantizaba trabajosamente el cumplimiento de las leyes (como la caracteriza toda su historia) contra la reacción derechista y golpista del “campo” y los monopolios, él se transformó en un fogonero de la lucha social y política. Esa huelga, con alteración del orden e intento de anarquía social que duró cerca de 150 días y que permitió mostrar al bloque reaccionario sojero/mediático con fuerte apoyo de masas y dispuesta a realizar “un 2001 contrarrevolucionario”. Porque, seamos claros, los ruralistas no sólo iban a abortar todo pago de impuesto (o retenciones) sino que iban por la cabeza de Cristina y estuvieron muy cerca de lograrlo si no hubiera habido un tercio de la sociedad que se reagrupó en defensa de las instituciones. Era otra Semana Santa 1987, aquella vez de los militares y sus reivindicaciones corporativas, hoy el bloque sojero/clerical/mediático y los monopolios corporativos, recordando como balance crítico el inmenso apoyo de masas que tuvo la derecha gracias a los medios y “sus miedos”, donde la derecha aparecía de alguna forma como revitalizada, y ahí se vio el claro papel de Néstor como estratega político, evitando la dispersión de las tendencias latentes dentro del PJ de Gobernadores, Intendentes, Políticos regionales que en esa crisis pugnaban por no romper las alianzas con el establishment. Néstor jugó lealmente como el estratega y organizador práctico de la alianza de clases, con las instituciones democráticas; él le dio linealidad al combate y pudo retirar sus tropas intactas, a la luz de los nuevos combates que se avecinaban (AFJP, AUH, LEY DE MEDIOS y otras avanzadas).