Kirchner hizo “la gran Evita”
“Generación va y generación viene, mas la tierra siempre permanece". Eclesiastés
Liliana Mizrahi
Los seres humanos vamos, venimos, damos vueltas, nos perdemos y nos volvemos a encontrar, hasta que nos vamos, de una vez y para siempre.
El mundo no sigue igual para alguien que ha perdido un ser amado.
Es muy difícil la aceptación de la ausencia, el abandono, la distancia.
Sin embargo, el tan conocido "para siempre", no es así. Lo sé.
La muerte es un pasaje, un viaje, un cambio de estado. El ser amado ha cambiado de estado con la muerte, si bien se ha ido, está cerca. Ahora es invisible, pero está. Se puede hablar con ellos, consultarlos, convivir. Están. Nos acompañan. Nos cuidan.
El rabí Shimon Bar Yojai, místico del siglo II y autoridad religiosa judía, a la que se atribuye el Zohar, consideró que el final de la vida, debía ser celebrado y no llorado. Y pidió, que su muerte fuera un día de celebración de la vida, y de su propia vida.
En el recuerdo se unen el pasado y el presente.
En el recuerdo a Néstor K. en Plaza de Mayo se unen la vida y la muerte. La tristeza y la celebración.
Néstor K. está en los miles de jóvenes que vuelven a confiar en la política, mientras saltan, cantan o bailan, celebrando su legado. Los desaparecidos han re encarnado y han vuelto en esos mismos jóvenes.
En definitiva, cuando uno/a se muere, lo único que deja es el ejemplo.
El hizo de su quehacer político algo real y concreto, tangible, esa es su herencia.
Y los jóvenes celebran recibir una cuantiosa herencia, colmada de esperanzas y proyectos. Donde la útopica realización de sus deseos, existe, es real y es ahora. Muchos, ya no jóvenes, celebramos el debate político, la confrontación, el intercambio de ideas y la convivencia de los opuestos.
Hizo con su muerte, la "gran Evita":
" Volveré y seré millones", dijo y se fue.... y es así, vuelve y es millones de jóvenes y adultos que vuelven a apostar por una Argentina que parecía condenada para siempre.
Gracias por devolvernos la esperanza.