La horda opositora busca descuartizar a la presidenta
Liliana Mizrahi
Cuando lo vimos bajar del avión, amortajado y quieto, en su ataúd para siempre, muchos no podíamos dar crédito a nuestros ojos.
Pensamos que “quizás” se trataba de un espejismo.
Quedamos inmóviles, petrificados, mirando la concreta y mágica realización de los deseos de la oposición.
¡En la calle dicen: los queremos matar! repetía la profeta que se descarrió.
¡Van a caer por abandono o por K. O. decía un cabezudo y feliz Duhalde, relamiéndose.
¿Y a vos te parece que llegarán al 2011? comentaban siniestros, el latinista Grondona y el cínico Biolcatti .
Pasaron dos días, a lo sumo tres y en un mismo movimiento salvaje, la horda opositora se arrojó sobre la mujer presidenta, sin contener su apetito ciego y sangriento, como si se propusieran despedazarla.
Almas de la horda opositora, ávidas de desgarramiento, necesitados de arrancarle su investidura a jirones, o descuartizarla.
En medio de golpes y de la violencia desordenada de su acción, la horda opositora busca, con uñas y dientes, robarle su bastón de mando, sacarle su investidura presidencial y humillarla públicamente.
Ella, mayúscula, atravesada por el tajo de la muerte , preserva su investidura más que su propio cuerpo, golpeado por la ida de Él.
Los golpes de la horda siguen cayendo, en forma implacable. ¡Que se cumpla la venganza! dice la horda opositora, sin investigar ni reflexionar los contenidos de tal odio.
La horda opositora no tiene nada bueno para dar, sólo violencia. Necesitan generar malestar, miedos, inestabilidad política, amenazas. Esa es su propia Esterilidad política.
No tiene ideas, ni alternativas, ni planes, ni compasión, ni sentido común, ni siquiera un poco de amor y lealtad a la Patria. Y de ese modo muestran la hondura de su miseria, su antidemocracia, su vocación destituyente, ¡porque sí! por el goce de impedir. Su verdadero anti-patriotismo.
La horda opositora no tiene espacio para el amor a otros argentinos que no sean ellos mismos.
Es una banda que genera inseguridad, y es de esa inseguridad que nos tenemos que cuidar, porque es un profundo ataque a la Democracia.
Una banda de políticos mediocres que son capaces de paralizar, confundir, mentir para ganar poder… o que Ella no gane.
Una mal llamada oposición que ataca la democracia que tanto nos costó conseguir.
¡Y la horda opositora quiere que perdamos otra vez! Es loca, justo ahora que estamos ganando, es loca de verdad. La envidia es así, paradojal y psicótica.
Nos estamos desendeudando con el club de París y nos liberamos del FMI, pero muchos siguen hipotecados en viejas mentalidades que adoran el santo statu quo y frecuentan la repetición.
¿Y donde tiene la horda opositora el amor a la Patria? ¿dónde está la gratitud ante lo dado por la naturaleza y la riqueza humana, el esfuerzo y el trabajo nuestro, el de nuestros padres y abuelos. Y la necesidad de preservarlo para nuestros hijos y nietos
¿No existe en esos salvajes políticos, el sano anhelo de reparar lo dañado, incluso por ellos mismos en anteriores gobiernos?
¿No les interesa invertir su inteligencia, su fuerza, para sumar ideas, planes alternativos que ayuden a crecer, a todos?
¿No les interesa cuidar la estabilidad democrática de la república?
¿No pueden renunciar, un poco, a su codicia envidiosa y celebrar estar en esta Argentina democrática.
¿No quieren ser testigos y co autores de un renacimiento?
Si nada de eso existe, estamos ante una horda opositora peligrosa. Y es peligrosa porque no hay amor, y cuando no hay amor… ya sabemos… hay odio.
El secreto deseo que fracase, aunque sea mi propia hermana.