Lilita Carrió había denunciado a su ahora mano derecha, Patricia Bullrich por “infame traidora a la patria”
diariojunio.com
Los archivos suelen ser demoledores para aquellos acostumbrados a prostituir las palabras y las caracterizaciones. En este tiempo de tanto debate político, los archivos adquieren una relevancia de magnitud a la hora de descifrar quién es quién. Las principales protagonistas de estos días, en las denuncias por supuestas coimas y aprietes para lograr la aprobación del presupuesto, Elisa Carrió y Patricia Bullrich tienen una historia que vale recordarla. En el año 2001, la entonces diputada nacional por el Chaco, Elisa Carrió, de la flamante agrupación Argentinos por una República de Iguales, acusaba a la entonces ministra de Trabajo de la Nación, Patricia Bullrich, de “infame traidora a la Patria” y de integrar una asociación ilícita junto a Fernando de la Rúa y los demás integrantes del gobierno de la Alianza. Esa causa aún permanece en la justicia sin resolverse. Seis años después propuso a esa traidora como su principal candidata a diputada para lo cual debió enfrentarse a sus mejores cuadros, hoy Bullrich es su mano derecha. Juntas, dijeron días pasados que, si no hacían las denuncias de coimas y aprietes perdían la votación y el oficialismo ya tendría presupuesto. La saga es conocida.
En noviembre del año 2001 la entonces diputada nacional por el Chaco, Elisa Carrió, de la flamante agrupación Argentinos por una República de Iguales, junto a los entonces diputados Mario Cafiero y Alfredo Bravo, acusaba a la ministra de Trabajo de la Nación, Patricia Bullrich, de “infame traidora a la Patria” y de integrar una asociación ilícita junto a Fernando de la Rúa y los demás integrantes del gobierno de la Alianza. El motivo: la firma del Decreto de Necesidad y Urgencia 1390, por el cual “a cambio de mejores tasas de interés el Gobierno nacional garantizaría el pago de los bonos de la deuda con la recaudación, incluso antes de asegurar la liquidación de jubilaciones y salarios de la administración pública”.
Es para destacar que el delito por traidor a la patria está contemplado en el art. 29 de la Constitución Nacional, y debe ser una de las acusaciones más fuertes contra alguien que se proponga como candidato a cualquier cosa en un país. , Carrió nunca se desdijo de aquella afirmación ni le explicó a la sociedad si Bullrich porque ha cambiado de opinión. ¿ o no cambió ?, la duda habilita a pensar variantes, o que Bullrich ha dejado de ser traidora a la patria, en ese caso habría que buscar algún otro archivo que la haga ver de un modo distinto, o, si sigue siendo la misma de siempre (algo muy probable) habría que buscar entonces la mutación en su denunciante que ahora la hace ver como su elegida.
La información podría hacernos reflexionar acerca de lo que le ocurre a aquellos dirigentes políticos obnubilados y enceguecidos en contra de algo. Carrió viene acusando a este gobierno de las peores cosas y deseándole los peores males, sin percibir la existencia de otra realidad, no la registra. Por lo mismo necesita de aliados y seguidores que sintonicen su misma onda. Eso explica porque, al momento de decidirse por Bullrich, decidió enfrentarse a Macaluse, Raimundi, Delia Bisutti y compañía como si fueran sus enemigos, en rigor, parte de sus mejores cuadros políticos. La breve historia es quizá un ejemplo de que quien ha cambiado no es Bullrich sino Carrio.
Los archivos suelen ser demoledores para aquellos acostumbrados a prostituir las palabras y las caracterizaciones. En este tiempo de tanto debate político, los archivos adquieren una relevancia de magnitud a la hora de descifrar quién es quién. Las principales protagonistas de estos días, en las denuncias por supuestas coimas y aprietes para lograr la aprobación del presupuesto, Elisa Carrió y Patricia Bullrich tienen una historia que vale recordarla. En el año 2001, la entonces diputada nacional por el Chaco, Elisa Carrió, de la flamante agrupación Argentinos por una República de Iguales, acusaba a la entonces ministra de Trabajo de la Nación, Patricia Bullrich, de “infame traidora a la Patria” y de integrar una asociación ilícita junto a Fernando de la Rúa y los demás integrantes del gobierno de la Alianza. Esa causa aún permanece en la justicia sin resolverse. Seis años después propuso a esa traidora como su principal candidata a diputada para lo cual debió enfrentarse a sus mejores cuadros, hoy Bullrich es su mano derecha. Juntas, dijeron días pasados que, si no hacían las denuncias de coimas y aprietes perdían la votación y el oficialismo ya tendría presupuesto. La saga es conocida.
En noviembre del año 2001 la entonces diputada nacional por el Chaco, Elisa Carrió, de la flamante agrupación Argentinos por una República de Iguales, junto a los entonces diputados Mario Cafiero y Alfredo Bravo, acusaba a la ministra de Trabajo de la Nación, Patricia Bullrich, de “infame traidora a la Patria” y de integrar una asociación ilícita junto a Fernando de la Rúa y los demás integrantes del gobierno de la Alianza. El motivo: la firma del Decreto de Necesidad y Urgencia 1390, por el cual “a cambio de mejores tasas de interés el Gobierno nacional garantizaría el pago de los bonos de la deuda con la recaudación, incluso antes de asegurar la liquidación de jubilaciones y salarios de la administración pública”.
Es para destacar que el delito por traidor a la patria está contemplado en el art. 29 de la Constitución Nacional, y debe ser una de las acusaciones más fuertes contra alguien que se proponga como candidato a cualquier cosa en un país. , Carrió nunca se desdijo de aquella afirmación ni le explicó a la sociedad si Bullrich porque ha cambiado de opinión. ¿ o no cambió ?, la duda habilita a pensar variantes, o que Bullrich ha dejado de ser traidora a la patria, en ese caso habría que buscar algún otro archivo que la haga ver de un modo distinto, o, si sigue siendo la misma de siempre (algo muy probable) habría que buscar entonces la mutación en su denunciante que ahora la hace ver como su elegida.
La información podría hacernos reflexionar acerca de lo que le ocurre a aquellos dirigentes políticos obnubilados y enceguecidos en contra de algo. Carrió viene acusando a este gobierno de las peores cosas y deseándole los peores males, sin percibir la existencia de otra realidad, no la registra. Por lo mismo necesita de aliados y seguidores que sintonicen su misma onda. Eso explica porque, al momento de decidirse por Bullrich, decidió enfrentarse a Macaluse, Raimundi, Delia Bisutti y compañía como si fueran sus enemigos, en rigor, parte de sus mejores cuadros políticos. La breve historia es quizá un ejemplo de que quien ha cambiado no es Bullrich sino Carrio.